martes, 6 de marzo de 2007

Don Joaquín. "La Urraca"

Señoras y señoras, niños y niñas, abueletes y abueletas, continúa la Parada de los Monstruos!!!!!!
Como todos los hilos de la vida se acaban juntando, desde Alemania, tierra de Goethe, me ha llegado un mensaje que me ha hecho recordar a otro elemento digno de aparecer en las más oscuras páginas del libro negro de la enseñanza. Me refiero a Don Joaquín, sabiamente apodado La Urraca. Un ser enjuto, de mediana estatura, tez arrugada como el escroto de Clint Eastwood y una mala sangre que hizo que su muerte fuese celebrada por todos nosotros, inocentes seres que todavía no habíamos descubierto las bondades del sexo pero sí el deseo de que uno de nuestros semejantes (bueno, no me considero muy semejante a esa momia) se largara de esta vida terrenal para ofrecer sus lecciones a un coro de demonios ávidos de chupar el azufre que corría por sus venas. Una paradoja típica de la educación salesiana.
La práctica de tortura utilizada por este infraser se basaba en el agarre de la nuez del crío a represaliar, al grito de "que che arranco a faaaaaaaaaaaaba!" (es decir, que nos iba a arrancar la nuez con sus nosferáticos dedos, imagen que aún ahora me produce una grima culera que te cagas).
Dame tu habaaaaaaaaaaa!!!!

Uno de los sucesos que más huella han dejado en mí de este elemento, y que han marcado, creo yo que al menos inconscientemente, mi renuncia a Dios y a sus Pompas, vino dado uno de esos días 24 del mes en los que íbamos a misa, y le tocaba a él oficiarla. Yo, como de aquellas ya había probado el cuerpo de Cristo (y con ello podía jugar con mi Spectrum regalado), tomé la ostia que me ofrecía el pajarraco, me sentí pleno, lleno todo mi ser de Dios, de María Auxiliadora, de don Bosco, y hasta de Santo Domingo Sabio, y así me preparé para asistir a la siguiente clase, que precisamente era de Literatura, especialidad de Don Joaquín. Y allí, otra hostia, pero de las de con hache, hostión que te crió. No tengo ni idea de por qué, pero allí mismo ya me empezaron las duditas sobre todo esos espiches que nos introducían las cucas por las orejas.
Don Joaquín, La Urraca, era todo un avanzado, un especialista en las nuevas tecnologías, pues recuerdo con estupor cómo nos decía:
"Tenéis que guardar todos estos conocimientos en vuestra memoria, en vuestra RAN"
Si, amigos,ahí, en nuestra RAN es en donde teníamos que guardar todo lo que él nos enseñaba...un prodigio de la nueva pedagogía, el intento de acercar a los jovenzuelos a la literatura clásica a través de un lenguaje próximo a ellos. La Ran. Ya sabéis.
El caso es que de la noche a la mañana La Urraca, ser oscuro, comenzó a ponerse amarillo. A todos nosotros nos hacía mucha gracia, y convenimos cambiarle el mote, eso si, continuando con nuestro afán ornitológico, eligiendo para ello "El canario". Humor infantil, ya se sabe, sin más maldad que la que ellos mismos nos inculcaban. A los dos o tres días la palmó. Poco duró el pajarillo. Y me alegré, no puedo decir que no. Era un niño.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Joer, que con lo de los profes has encontrado un filón jajaja En la escuela pública no había tanto friki...

Dragomira dijo...

Este último me lo recordó tu hermano...

Anónimo dijo...

Que mítico con su dos caballos que llevaba la pegatina de las urracas parlanchinas. Y aquella moto que tenía, mira que saltarse un semaforo, estuvo de baja muchisimo tiempo y cuando volvió se convirtió en el canario.
En fin, al menos a veces intentaba congeniar con los alumnos, aunque no lo conseguía.
La proxima entrega ¿qué sera? D. Mariano turetureture chachacha. ;)

Dragomira dijo...

Ese te lo dejo a ti, que a mi no me dio clases...

David dijo...

Lo más flipante es que este pajarraco las palmó de hepatitis... Cómo se pilla una hepatitis de las chungas??!!
No quiero dar lugar a malos rumores, pero se me ocurre que a lo mejor el bueno de Don Joaquín se dejó meter algo en su memoria RAN que no debía, cuando estaba en las misiones en el Senegal!

Dragomira dijo...

Jarl!!!!!Yo también tenía uno con pericia en llavero arrojadizo y contundente. Se llamaba Blancanieves, y daba verdadero miedo cuando se ponía colorado.

Anónimo dijo...

EH! RUMANO....
Se te olvida el mitikérrimo anorak con la pelusilla en la capucha que llevaba siempre.
ves como eres un mentiroso???????????
¡¡¡ladrón!!!!