miércoles, 10 de febrero de 2010

El Sherlock Holmes Gay de Guy Ritchie

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Escribo este artículo utilizando por primera vez el Windows Live Writer, por lo que puedo hacerlo mientras viajo en furgoneta sin conexión, o sea que, dado que me espera un largo viaje hasta la capital, aprovecharé para pontificar desde mi poltrona sobre la última película de Guy Ritchie.

La verdad es que la cosa pintaba un poco mal. Los trailers sonaban a que desde la industria habían cogido el personaje de Conan –Doyle- y habían hecho de él una especie de superhéroe al más puro estilo Bond o Bruce Willis en uno de sus avatares. Días antes de ir ya había tenido una discusión sobre si se mantendría la esencia del personaje o no, discusión bastante absurda ya que ninguna de las partes implicadas en el debate la había visto…de todos modos, ¿qué mejor que especular furiosamente sobre algo de lo que no se tiene ni la más pajolera idea??

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Holmes, este no es el lugar…

Lo que quería comentar aquí, y para lo que he escrito este artículo, es que realmente me he sentido un poco sólo con respecto a la percepción de la relación de Holmes-Watson como absolutamente gay. Cuando estaba viendo la peli, no podía sustraerme de ver cómo ésta se estructuraba del siguiente modo: Watson decide acabar su turbulenta relación –profesional y sentimental- con Holmes y para ello se casa con una mujer insípida que no le proporciona más que reposo y una existencia más convencional. Es decir, una pareja gay en crisis por el replanteamiento en su orientación de la parte más pasiva. Es evidente que Watson no ama a su mujer, y no le dedica más que unos tímidos arrumacos, mientras que Holmes, que parece enamorado platónicamente de una especie de dominatrix -Irene Adler-, al final, cuando puede besarla, evita el contacto con esos labios femeninos y se va para su casa, supongo que a pensar en el bigotito de su gran amigo, por fin casado a su pesar.

Pues todo esto que había pensado, y que creía que era algo absolutamente claro y meridiano, resulta que sólo lo había visto yo. Las dos personas que la vieron conmigo me tacharon poco menos que de pervertido, mis amigos me miraron con cara extraña cuando se lo comenté, y mirando en internet no vi ninguna crítica que afirmara algo parecido a lo que yo pensaba. Pero me da igual. Yo sigo pensando lo mismo. Es una peli gay. Y eso tampoco es ni malo ni bueno. De todos modos, es algo que ya se deja ver un poco en los relatos…