jueves, 22 de febrero de 2007

Pietro Aretino, ese hombre


Impresionante el último libro que me regaló Spider from Mars, "Las seis jornadas" de Pietro Aretino, para mi un completo desconocido pero que sólo con empezar a leerlo ya se nota que es un crack. Se trata de un diálogo entre dos prespiputas, en la que una está decidiendo qué hacer con su joven hijita, que ya está en edad de merecer. La madre plantea tres posibilidades: que se haga monja, que se case, o que busque domicilio para ejercer la prespitación. De todos modos, por lo que he leído hasta ahora, creo que elija lo que elija le va a quedar el ojal como un bebedero de patos. Pietro no tiene piedad. A todo esto, decir que este buen hombre escribió toda esta sarta de barbaridades allá por el siglo XVI, bastante antes de que el señor Sade escribiese su "Filosofía en el Tocador". Reproduzco una de sus perlas:

"El, estando en lo mejor,le había sacado la mecha del tonel y quiso meterlo en el frasco de algalia; la pobre, relamiéndose de placer, toda lujuriosa, toda rezumante, arrodillada a sus pies, le suplicaba por las Llagas, por los Dolores, por los Siete Gozos, por el Pater Noster de San Julián, por los Salmos Penitenciales, por los Tres Magos, por la Estrella y por el Sancta Sanctorum, pero no pudo conseguir que el Nerón, el Caín, el Judas le volviese a plantar el puerro en el huertecito, sino al contrario, con el semblante de un Marforio venenoso, la forzó con los hechos y con las palabras a darse la vuelta y, obligándola a poner la cabeza en un pequeño horno, resoplando como áspid sordo, con la espuma en la boca como un ogro, le hundió el plantón en la fosa restaurativa".

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