jueves, 9 de agosto de 2007

"Sin novedad en el frente"

Aprovechando las vacaciones nos juntamos The Brave Sir Robin, Eduardo y un servidor y decidimos ponernos bélicos y disfrutar de una noche de camaradería, para lo cual qué mejor que en estas noches tontas de verano de entre semana, que verse una película, en este caso "Sin novedad en el frente", dirigida en 1930 por Lewis Milestone, basándose en la novela "All quiet on the western front", de Erich Maria Remarque. Gran película, batallas tratadas con gran crudeza y ejemplo claro de cómo era la vida en las trincheras de la Gran Guerra. La única pega que se le podría poner es que es un tanto literaria en ciertas ocasiones, todos los personajes hablan como si quisiesen remarcar el mensaje antibelicista de la película, lo que hace que pierda en verosimilitud. Pero bueno, tiene setenta años, es evidente. Por lo demás, muy recomendable. La primera secuencia es magistral, con el profesor azuzando a los jóvenes chavales a que se alisten en la gloriosa batalla contra el enemigo francés, mientras por detrás pasa un gran desfile de soldados. En ocasiones me ha recordado a "La chaqueta metálica", en el sentido de que cuenta la historia de un grupo de niñatos que se hacen hombres (en el peor sentido del término), a base de ver morir despedazados a sus antiguos compañeros de pupitre.
Esta escena es de lo mejor de la película. Un soldado queda atrapado en la trinchera junto al cuerpo agonizante del soldado enemigo que él mismo apuñaló. Pasadas las horas, se crea entre ellos un vínculo que el director utiliza para lanzar su mensaje alto y claro: la guerra es una mierda. No se conocen de nada y allí están, luchando por unos ideales que ninguno de los dos tiene muy claros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo la novela y me la leí. Es de lo más pesimista, incluso diría que la película está dulcificada respecto al libro. Al final, el pobre muchacho se suicida, creo que "perdiéndose" en una guardia, cerca del final de la guerra.

Diancecht dijo...

Porque no llegó a entender el verdadero sentido de la supervivencia. Una pena