Sigo con el tema tanguil, más que nada por haber hecho un feliz descubrimiento gracias al Youtube, ni más ni menos que el del último cantante de tangos que provocó el delirio del pueblo argentino, a pesar de que el buen hombre prácticamente no aportó ningún tema nuevo al repertorio, utilizando para sus actuaciones prácticamente las mismas cancioncillas que Gardel convirtió en míticas. ¿Por qué me gusta, pues, este pedazo gañanazo porteño? Pues sencillamente porque se ha confuncido de profesión, este hombre tendría que haber sido actor, pero de los de melodrama despiadado, hay que ver qué pasión y que gestualidad le imprime a sus actuaciones, qué control del método de las acciones físicas de Stanislavski, por dios!...al principio puede parecer un tanto excesivo, sobre todo teniendo en cuenta lo tiesos que suelen ser los que cantan estas milongas, pero se agradece ese toque teatral. El pobre murió como Hayden, haciendo lo que más le gustaba,en este caso corriendo a todo trapo en su DKW modelo Fissore y chocando contra un muro luminoso (¿acaso no lo vió?). Todo este espiche tiene como finalidad encontrar una excusa para colocar en el blog este pedazo de tango, obra de Diescépolo, cómo no, de lo mejor que ha parido su quijotera....Cambalache.
Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...
¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...
¡Qué falta de respeto, qué atropello
a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...
¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley...
1 comentario:
Julio Sosa. Me encanta... yo lo descubrí hace años gracias a una amiga argentina...
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