Esas pequeñas cosas...

...que joden. Sí, queridos amigos, me refiero a esas naderías que, a quien más quien menos nos ha tocado sufrir en el tranquilo devenir de la vida diaria. Menudencias que a pesar de su naturaleza,cuando te pasan, te acuerdas de ellas y de su abuela. Este es mi particular Top of the pops.

5. El ataque de los folios: Para los trabajadores llamados "de cuello blanco" o de oficina, como yo y como muchos, una de las estupideces que puede hacer mudar un día "alegre y azul" a otro "triste y azul" como el gato de don Roberto; es el asunto de cortarse con un folio. El folio en sí es un elemento en principio inofensivo, pasa desapercibido (me estoy refiriendo, por supuesto, a los folios en blanco, los que tienen grafía o contenido ya depende muy mucho de su autor). Para muestra un botón:










Se camufla estupendamente, claro está. Pero no lo duden, está justo encima de lo que están leyendo.

SIn embargo, basta que, por alguna casualidad, rocemos sus dulces contornos para que se pongan en acción y zas¡ ya nos hemos cortado. El corte o golpe de folio provoca un dolor simple pero muy intenso y por lo general este tipo de escaramuzas suelen terminar con el descuartizamiento salvaje del atacante (a no ser que sea un incunable, en cuyo caso debemos contentarnos con una mirada asesina dedicada al papel y otra de conmiseración hacia nuestro maltratado dedito).


Este hombre en la actualidad es un ardiente defensor de la factura electrónica. No hay mal que por bien no venga.


4. Bocados accidentados (a.k.a Foiche pola gorxa do aire): La descripción de este fenómeno es la siguiente. Estamos sentados a la mesa tan ricamente, deglutiendo los alimentos, cuando...de repente...un bocado rebelde se escapa de la manada. Este bolo revoltoso baja literalmente por la columna vertebral, provocando una sensación similar a lo que sería comerse una hermosa y grandota piedra. No mola. Nada.


Incidente ocurrido recientemente en uno de los frecuentes potlach galaicos.Una tajada de pulpo desorientada.Podría haber acabado en tragedia, pero a Dios gracias, intervino raudo el primo practicante (el de la derecha es un simple opinador tocahuevos).

3. Grano melómano: Tipo de espinilla que, a causa de su afición se sitúa en las primeras filas, para no perderse ni un ápice. De todo el gremio espinillero es de las que provocan más congoja si se padecen (aunque no todo el mundo ha pasado por dicho trance, al parecer). Se suele quedar instalada una temporadilla, y vaya, vaya si te das cuenta de que está. Lo malo es que se le suelen aplicar una serie de procedimientos disuasorios que por lo general lo único que consiguen es que se apoltrone todavía más. Esto es: rascarla y apretujarla en medio de dolores inhumanos.La variante es que te la intente sacar un familiar acostumbrado a lidiar con pústulas, y el resultado el mismo: sigue ahí y duele más que si le calcas tú.


¿Molesto? ¿Molesto? ¿MOLESTO?

2. Jergones antiaerodinámicos: Este tipo de camas es la que suele poseer el común de los mortales (la redonda es cosa de ricos o de fantasmones, sin más) , Es rectangular, más o menos larga y con sus "cuatro esquinitas tiene mi cama". Tales esquinas hacen un cóctel mortal al ser combinadas con los pulgares podales. La mistura suele producirse cuando uno está durmiendo o vegetando o......................(espacio reservado para actividades realizables en horizontal) y suena el telefonillo del portal o bien el teléfono fijo (¿se acuerdan de ellos todavía, verdad? ). Te levantas esprintando y atontado y, al tomar la curva calculas mal y tu pie, con el dedo gordo de estandarte, acaba empotrado contra la cama. En esos momentos se produce un estado de "suspensión de la conciencia": el corazón se para, la respiración se corta. Todo durante unos breves instantes para después soltar un alarido adornado con nuestra selección de tacos favoritos. La versión B es con la rodilla, ésta además de doler tiene la desventaja de que la mayor parte de las veces te caes, con lo cual doble ración.


¿Se fijan en esta bella moza (pregunta retórica)?. El del butano ha timbrado hace cosa de unos tres cuartos de hora, ella sin embargo todavía no ha sacado ni la primera pierna de la cama. Con calma, que la prisa no es buena consejera. Muy bien, así es como hay que hacer, recuerden: salir de la cama a lo kabuki.

Y como última aportación a este peculiar elenco, la mezcla perfecta de dolor y placer, el sueño sadomasoquista por excelencia: La picadura en la planta del pie. Realmente no sabía muy bien si encajaría en este listado, porque tiene un componente gozoso alto. Cuando aparece, generalmente pica a Dios, pero basta ponerse a rascar (y todo es empezar)para que desaparezca el escozor y con la sangre demos paso directo al dolor. Ahhhhh, pero que gusto que da, la picadura destrozada con las uñas...supurante...palpitante...y el picor que se ha ido (ya sé que visto así parece que me va la disciplina inglesa, y por supuesto que me va como a todos XDD, pero esta experiencia es ligeramente distinta). Y ya no os digo nada si te coincide la picadura con unos hermosos hongos en los dedos de los pies. Eso ya es para hacerte saltar las lágrimas y las córneas de alegría. Una experiencia religiosa.


Pie post-rascado. La expresión lo dice todo.


Y con este alegre pie finalizo con mis 5 terrores favoritos. Supongo que hay muuuuchos más, adaptados a cada personalidad. Ustedes dirán.


Seguiremos informando

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