miércoles, 28 de abril de 2010

Un poema de Kipling


En estos tiempos en que recibimos un montón de powerpoints que prácticamente ni leemos en los que aparecen escritas un sinnúmero de tonterías sobre cómo enfrentarse mejor a la vida y ser más felices, en los cuales las bellas palabras se juntan con nocturnos paisajes otoñales, caras de bebés sonrientes y cachorrillos mirándonos con cara de a que soy adorable me llevarías a casa a que sí?, me encontré el otro día con este poema de Kipling que me recordó que todavía podemos leer algo que intente dar un pequeño consejo de cómo vivir, a pesar de que no esté yo de acuerdo con alguna cosa de las que dice, sin caer en la pedorrez de Paulo Conejo y compañía...





Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tu alrededor
pierde la suya y por ello te culpan,
si puedes confiar en ti cuando de ti todos dudan,

pero admites también tus dudas; si puedes esperar sin cansarte en la espera,
o ser mentido, no pagues con mentiras,
o ser odiado, no des lugar al odio,

y -aun- no parezcas demasiado bueno, ni demasiado sabio.


Si puedes soñar -y no hacer de los sueños tu maestro,
si puedes pensar - y no hacer de las ideas tu objetivo,
si puedes encontrarte en el Triunfo y el Desastre y tratar de la misma manera a los dos farsantes; si puedes admitir la verdad que has dicho
engañado por bribones que hacen trampas para tontos.
O mirar las cosas que en tu vida has puesto, rotas,
y agacharte y reconstruirte con herramientas viejas.

Si puedes arrinconar todas tus victorias

y arriesgarlas por un golpe de suerte
,
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir nada de lo que has perdido;
si puedes forzar tu corazon y nervios y tendones
para jugar tu turno tiempo después de que se hayan gastado.

Y así resisitir cuando no te quede nada
excepto la voluntad que les dice "Resisitid"


Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud,
o pasear con reyes y no perder el sentido común,
si los enemigos y los amigos no pueden herirte,
si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado;
si puedes llenar el minuto inolvidable

con los sesenta minutos que lo recorren.
Tuya es la Tierra y todo en lo que ella habita,
y -lo que es más-, serás Hombre, hijo.

2 comentarios:

Diancecht dijo...

You will be a banker, my son

Dragomira dijo...

Si, el tio lo tenía bastante claro...