viernes, 8 de enero de 2010

CELDA 211...¿Es que he visto otra pelicula?


Como aún no descargué las fotos de Bielorrusia voy a hablar de esta película que pude ver hace tres o cuatro días, en una casa de Minsk, con un calor que te morías a causa de la elevadísima calefacción. Todo el mundo habla maravillas de esta película, diciendo que es lo mejor que se ha hecho en el cine español desde hace no sé cuanto. Yo estaba todo animado para verla, y la verdad es que a los pocos minutos noté que algo no iba del todo bien. El principio no está mal, pero se nota a veces que el cambio de planos no fluye como debiera. No sé qué coño pasa, no entiendo de tecnicidades varias, pero tenía en ocasiones la impresión de estar viendo un corto amateur (como en el momento en el que el protagonista se tropieza con un guardia y se le cae algo que lleva). Lo malo es que este inicio vagamente prometedor se va convirtiendo en una película maniquea y tramposa, en la cual los malos son muy malos y lo buenos son muy buenos (y JAMÁS tienen un momento en el que ética o moralmente estén en un aprieto, porque el director ya nos ha dado las claves necesarias para que -SPOILER- sepamos que el personaje de Resines merece la muerte porque no se puede ir por ahí matando a embarazadas- FIN DEL SPOILER. ) O sea, que un producto al peor estilo Hollywood disfrazado de alimento para mentes bienpensantes y políticamente correctas. Las interpretaciones están bien, aunque son muy irregulares. Yo me quedo, evidentemente, con Tosar haciendo de MalaMadre (aunque para mala madre, la que encarna Marta Etura que no duda en meterse en una manifestación preñada de nueve meses, en lo que sin duda es uno de los momentos más sonrrojantes de la película). Lo que me llama la atención es la desmesurada atención que ha suscitado por parte de la crítica, que la ha puesto por las nubes en una maniobra envolvente típica de concesionario de coches: llega el fin de año y hay que aumentar las ventas como sea. Pues eso. ¿Pero realmente alguien se cree lo que pasa en esa cárcel? ¿Por qué se fía tan pronto Tosar del barbas? ¿Por qué Resines, funcionario madurito, se pone a dar porrazos? ¿Por qué ella se mete en la marabunta si podía llamar por teléfono? ¿Por qué Resines se saca el casco para que le veamos la cara en el video del móvil? ¿Por qué la tele difunde en directo la manifestación de esa manera? ¿Por qué se empeñan en poner a los etarras leyendo, si todo el mundo sabe que utilizan un ancestral modo de comunicación basado en el tallado de piedras? ¿Cómo es posible que Resines pueda parar a toda la tromba de freaks que lo intenta linchar con la palabra mágica "Funcionario"? Y lo que es peor...¿Por qué nos siguen tratando vender películas ideológicamente para niños como un producto "arriesgado" y "necesario"? Buff. Bueno, Tosar y el que hace de yonki están muy bien, pero es el típico asunto de unos actores que están por encima de la película.

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